España culmina sus dos primeros meses de vacunación con 4,5 millones de dosis administradas y 1,2 millones de personas ya con la pauta de ambas dosis completada. Aunque cada una con su plan específico, las comunidades poco a poco van viendo cómo se van sumando nuevos grupos a la inmunización.

Mientras, la incidencia acumulada desciende y se sitúa en 175 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Se trata de la cifra más baja desde el pasado mes de agosto. Por ello, algunas comunidades autonómas estarían dispuestas a levantar ciertas restricciones de movilidad de cara a Semana Santa. Es el caso de Madrid, cuya presidenta Isabel Díaz Ayuso, quien aboga por conjugar "salud y economía", asegura que "el motor económico de Madrid no puede pararse y se deben buscar medidas sensatas y equilibradas que conjuguen ambas cosas. Veremos cómo evoluciona la situación para proteger vidas y no poner aún más en peligro nuestra maltrecha economía”.

Pero la mayoría de las comunidades son conscientes de que un levantamiento de las medidas restrictivas supondría un aumento de la movilidad y los contactos sociales, trayendo consigo un nuevo repunte de la pandemia, tal y como ocurria este pasado mes de enero tras la Navidad. Así se posicionan varias comunidades que apuestan por la "prudencia" como Castilla y León, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Asturias o el País Vasco. Estas comunidades serían partidarias de un cierre perimetral que evite la salida de ciudadanos de aquellas comunidades que tienen una incidencia más alta a otras con una positividad más baja.

El Ministerio de Sanidad es partidario de consensuar un plan de medidas comunes. Restricciones que la Comisión de Salud Pública va a plasmar en un documento "de actuaciones compartidas" para que los ciudadanos sepan, "semanas antes de la Semana Santa, qué se puede hacer y qué no", según ha explicado la ministra de Sanidad, Carolina Darias. "Esto no va de salvar semanas, va de salvar vidas".

Entre otras medidas, el Ministerio quiere restringir la movilidad entre comunidades, aplicar toque de queda entre las 22.00 y las 6.00 y reducir las reuniones a entre cuatro y seis personas.

Los expertos lo tienen claro. El propio Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), aseguraba esta semana: “Soy epidemiólogo, me interesa controlar la epidemia, y obviamente mis visiones son diferentes de las que puedan tener, por ejemplo, los empresarios. Si las condiciones de transmisión no son las correctas para que se pueda tener un poco más de apertura, creo que no se debe ni plantear”. Este mismo mensaje era respaldado tras el Consejo de Ministros por la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, quien ha llamado a la “prudencia” y a "no hacer una desescalada abrupta para no asistir a una cuarta ola de la pandemia".

Por su parte, los territorios insulares, Canarias y Baleares, que tienen las tasas de contagio más bajas de España, no se plantean cerrar sus fronteras en Semana Santa, y seguirán pidiendo pruebas negativas para los viajeros que quieran ir, tanto nacionales como internacionales.