La innovación y la transferencia de tecnología requieren de un ecosistema dinámico y sostenible, que permita generar intercambio continuo de conocimiento y capacidad para preservarlo, compartirlo y fomentarlo. En este sentido, la colaboración público-privada se erige como la vía crítica para seguir avanzando en investigación biomédica.

Ésta ha sido una de las principales conclusiones de la XIV Conferencia Anual de las Plataformas Tecnológicas de Investigación Biomédica, organizada por Farmaindustria, Fenin, Asebio, Nanomed y Veterindustria y en la que se ha puesto de manifiesto que esta apuesta es crítica para el desarrollo sanitario, económico y social de los países.

"Desde Farmaindustria entendemos que la mejor forma de seguir avanzando en investigación biomédica es a través de modelos colaborativos y público-privados. De hecho, ya el 44% de la inversión de nuestras compañías en I+D se destina a proyectos de investigación con hospitales, universidades y centros de investigación”, subraya Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.

En este sentido, el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, aseguró durante la inauguración que "el último año nos ha enseñado el poder de la investigación biomédica con mayor claridad que nunca, pues la colaboración internacional y la cooperación público-privada ha permitido desarrollar un gran número de vacunas en tiempo récord".

Según Duque, “la investigación española está mostrando un importante liderazgo". No obstante, la pandemia ha mostrado también "que la ciencia y la innovación solo ofrecen soluciones en momentos críticos si se ha trabajado con antelación y que pese a contar con un excelente nivel en la investigación biomédica, tenemos un amplio margen de mejora".

Líderes en investigación biomédica

Gracias a la existencia de un sólido sistema sanitario, al prestigio de sus investigadores y médicos, a una infraestructura logística e investigadora bien desarrollada, es un hecho el papel de liderazgo que juega nuestro país. Hoy, los investigadores y centros sanitarios españoles participan ya en uno de cada tres ensayos clínicos que se desarrollan en la Unión Europea. 

"Este protagonismo español en investigación clínica es una oportunidad para atraer mayor inversión internacional al sistema sanitario. También es una oportunidad para los pacientes y para el conjunto de la sociedad, puesto que la participación en un ensayo puede ser la única salida para ciertos pacientes graves, si es que los tratamientos disponibles no han respondido. Por tanto, es una mejora de la calidad de la prestación sanitaria, porque estamos en la vanguardia científica en este aspecto”, destaca la responsable de la Plataforma Tecnológica de Medicamentos Innovadores, Amelia Martín Uranga.

Por otro lado, la colaboración público-privada en el ámbito de la investigación preclínica tiene su máximo exponente en el Programa Farma-Biotech. Como sostiene el subdirector general de Farmaindustria, Javier Urzay, desde hace once años, esta iniciativa “impulsa la investigación biomédica en España a través de la colaboración de empresas emergentes y equipos de investigación de centros públicos o privados con compañías farmacéuticas y, además, acelera la traslación de nuevos medicamentos de estas pequeñas compañías y grupos a la práctica médica”.

“Es cierto que existe un gran desafío en la transferencia de conocimiento en las fases tempranas de la investigación biomédica, por eso Farma-Biotech intenta poner en evidencia buenas oportunidades para el aprovechamiento de la investigación española biomédica en términos económicos concretos”, añade Urzay.

Asimismo, durante la mesa redonda titulada 'Una industria biotecnológica para la recuperación del país', se han analizado las posibilidades que ofrece el sector de la biotecnología para salir de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19. En ese sentido, los ponentes han llegado a la conclusión de que se necesita crear un plan nacional a medio plazo para conseguir convertir la biotecnología en un sector estratégico. 

Ion Arocena, director general de Asociación Española de Bioempresas (Asebio), ha afirmado que uno de los problemas es que la biotecnología no tiene la consideración de "industrial real", sino más bien de instrumento de I+D. Algo que afirma que podría cambiar gracias a la creación de este plan nacional que "aportase un presupuesto y un cronograma para impulsar este sector industrial". Además, ha asegurado que es necesario un "impulso decidido por parte de la clase política que lleve a la creación de instrumentos y políticas específicas para el sector".