
Científicos de la UAM han demostrado que el tratamiento con nebivolol frena el crecimiento tumoral.
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El reposicionamiento de fármacos utilizados en otras enfermedades para el tratamiento del cáncer es una estrategia alternativa a la búsqueda de nuevas opciones terapéuticas. Se trata de una aproximación que minimiza la inversión multimillonaria, así como el tiempo para que los nuevos medicamentos puedan aplicarse al paciente oncológico, ya que sus efectos secundarios son conocidos. Ahora, siguiendo la estrategia de reposicionamiento de fármacos, un equipo español ha descubierto el gran potencial antitumoral del nebivolol, un fármaco anti-hipertensivo que evita el crecimiento y la angiogénesis de los tumores. El estudio, que se ha publicado en la revista Nature Communications, lo firman investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, centro mixto de la Universidad Autónoma se Madrid (UAM) y el CSIC, también vinculados al CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER-ISCIII) y al Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre.
El profesor José M. Cuezva, director del equipo, ha explicado que “las mitocondrias, conocidas como la central energética celular, además de producir energía, regulan el metabolismo, la señalización y la toma de decisiones sobre la vida o muerte de la célula. Por tanto, no es de extrañar que la disfunción mitocondrial esté involucrada en la génesis y/o progresión de un gran número de enfermedades, incluyendo el cáncer, la neurodegeneración, el síndrome metabólico, enfermedades raras y el propio envejecimiento”.
Por otra parte, la doctora Cristina Nuevo Tapioles, primera firmante del trabajo, ha apuntado que “con el objetivo de encontrar las bases moleculares de la disfunción mitocondrial en estas enfermedades, y sus potenciales terapias, nos dimos a la tarea de buscar fármacos activadores e inhibidores de la respiración mitocondrial, en una librería de más de mil drogas ya aprobados para su uso en pacientes con distintos tipos de enfermedades”.
En su trabajo, los investigadores encontraron trece compuestos pautados para el tratamiento de cinco enfermedades además del cáncer que cumplen un criterio muy restrictivo como inhibidores de la respiración mitocondrial. Entre estos compuestos, el inhibidor β1-adrenérgico nebivolol, que se emplea como anti-hipertensivo en enfermedad cardiovascular, fue elegido como candidato para el estudio en detalle de su mecanismo de acción antitumoral; ya que la capacidad de producción de energía de las mitocondrias depende, en algunas situaciones, de la vía adrenérgica.
Los investigadores descubrieron así que las células de muy distintos tipos de tumores (mama, colon, pulmón, etc.) expresan receptores β1-adrenérgicos cuya actividad es necesaria para el correcto funcionamiento de sus mitocondrias. “De este modo, el nebivolol, al bloquear estos receptores, inhibe la respiración mitocondrial de las células tumorales sin causar efecto sobre células no tumorales”, aseguran los autores. La acción del nebivolol sobre la mitocondria de la célula tumoral se ejerce a dos niveles, y tiene como consecuencia el déficit energético y daño oxidativo por forzar la sobreproducción de especies reactivas de oxígeno (ROS).
Además de las dos dianas mitocondriales, los investigadores creen que el tratamiento con nebivolol también inhibe la proliferación de las células endoteliales que son necesarias para generar los vasos sanguíneos que alimentan a los tumores para su crecimiento. “En resumen hemos descubierto un nuevo fármaco para el tratamiento del cáncer que ya está aprobado para su uso en humanos, lo cual abre un futuro esperanzador para los pacientes con cáncer. Por otro lado, nuestro trabajo sienta las bases para el desarrollo de ensayos clínicos denominados basket trials de pacientes oncológicos que tengan como denominador común receptores β1-adrenérgicos en sus células tumorales”, concluyen los autores.
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4 de septiembre, 2020