La Farmacología Clínica es una disciplina en continuo cambio y desarrollo cuyo trabajo afecta a todas las especialidades médicas. Entre los objetivos e intereses de esta especialidad figura el velar por el correcto uso y prescripción de los medicamentos y diseñar metodologías seguras de investigación clínica con medicamentos.

Sin embargo, nos encontramos con una situación en la que esta especialidad todavía no está implantada en todos los hospitales de tercer nivel en España y en muchas Comunidades Autonómicas tampoco está presente en Atención Primaria. En este sentido, creemos que no está suficientemente valorada ni reconocida y eso se traduce en una insuficiente dotación a nivel formativo. Este punto es especialmente relevante en los Hospitales Universitarios donde se forma a los futuros médicos.

La relevancia clínica de esta especialidad ha quedado patente durante los casi dos años que viene durando la pandemia. La Farmacología Clínica ha destacado como una de las especialidades con protagonismo en la investigación de tratamientos para la COVID-19. Los farmacólogos clínicos estamos apoyando la investigación en la lucha contra esta enfermedad desde distintos ámbitos, evaluando protocolos de estudios con medicamentos o vacunas, colaborando en el diseño y realización de ensayos clínicos sobre medicamentos o en la realización de estudios sobre la seguridad y efectividad de los mismos.  

"Se necesita una mayor implantación en los hospitales, en el ámbito de Atención Primaria allá donde todavía no lo está y también en las facultades de Medicina en las que todavía no se imparte Farmacología Clínica como asignatura".

Este trabajo expresa la voluntad de los farmacólogos clínicos de seguir siendo útiles y de cooperar y colaborar con las autoridades sanitarias estatales y autonómicas, las direcciones de los hospitales y de los centros de Atención Primaria y el resto de especialidades médicas. Pero también pone de relieve la necesidad de una mayor implantación en los hospitales, en el ámbito de Atención Primaria allá donde todavía no lo está y también en las facultades de Medicina en las que todavía no se imparte Farmacología Clínica como asignatura.

Plazas MIR insuficientes

El principal cuello de botella para incrementar el número de plazas de farmacólogos clínicos en los hospitales es la falta de plazas de médicos internos residentes (MIR) que se especialicen en esta área. En la actualidad, nos encontramos con que no se convocan todas las plazas que están acreditadas y, además, ni siquiera están acreditados todos los centros que deberían. Existía un compromiso por parte de los diferentes sistemas sanitarios autonómicos del Sistema Nacional de Salud para que hubiera Servicios de Farmacología Clínica en todos los hospitales de tercer nivel, pero de momento no se ha cumplido, y eso genera un déficit estructural. Hay menos plazas de las comprometidas y, aun así, existen plazas que no se pueden cubrir.

"El principal cuello de botella para incrementar el número de plazas de farmacólogos clínicos en los hospitales es la falta de plazas de médicos internos residentes (MIR) que se especialicen en esta área".

La formación de un especialista en Farmacología Clínica, durante los dos primeros años, incluye entre 6 y 18 meses de rotación por Medicina Interna y otras especialidades médicas durante los cuales adquiere la formación clínica necesaria para comprender las enfermedades y su tratamiento, lo que es necesario para la toma de decisiones terapéuticas individuales, para la evaluación de la respuesta a fármacos en la práctica médica, para los procesos de selección de medicamentos y para la actividad investigadora.

Necesidades formativas

La necesaria acreditación de un número suficiente de plazas MIR en Farmacología Clínica es solo una de las cuestiones que se afronta, a nivel formativo. Los otros dos son la necesidad de una formación continuada que mantenga actualizado el conocimiento de los farmacólogos clínicos y la exigencia de que la asignatura de Farmacología Clínica se extienda a todas las facultades de Medicina del Estado.

La multiplicación de nuevos tratamientos y la acumulación de nueva evidencia y nuevos fármacos hacen que el farmacólogo clínico sea un profesional con una serie de necesidades formativas específicas. Es necesario una continua actualización del conocimiento una vez los farmacólogos clínicos ya están trabajando en sus áreas de responsabilidad. Cabe destacar que los farmacólogos clínicos pueden asimismo participar en la formación continuada de otros especialistas en relación a la terapéutica, la seguridad de los medicamentos, la metodología de investigación u otras áreas. Es por todo ello que desde la SEFC impulsamos la formación complementaria en áreas como la Farmacogenética, la Individualización en Terapéutica Farmacológica o la Toxicología.

En cuanto a la formación universitaria, aunque la Farmacología General sí es una materia implantada en todas las facultades de Medicina, la Farmacología Clínica aún no está presente en todas ellas. Los estudiantes de Medicina a los que se les imparte esta asignatura salen de las facultades de Medicina con una serie de conocimientos sobre el uso adecuado y seguro de los medicamentos que no tienen otros estudiantes de las facultades de Medicina sin Farmacología Clínica.

"Queremos llamar la atención sobre la necesidad de que esta especialidad cuente con un mayor apoyo y que las autoridades sanitarias y educativas se comprometan con su despliegue, en beneficio de toda la sociedad".

Es por todo ello que desde la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC) queremos llamar la atención sobre la necesidad de que esta especialidad cuente con un mayor apoyo y que las autoridades sanitarias y educativas se comprometan con su despliegue, en beneficio de toda la sociedad.