Tecnología4 de julio, 2025
Un estudio pionero acerca la medicina personalizada al tratamiento del asma alérgico grave

El estudio propone posibles biomarcadores que podrían utilizarse para monitorizar la eficacia del tratamiento
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El asma alérgico grave es una enfermedad respiratoria crónica que afecta de forma severa la calidad de vida de quienes la padecen. Las investigadoras del Centro de Metabolómica y Bioanálisis (CEMBIO), Alma Villaseñor, y del Instituto de Medicina Molecular Aplicada (IMMA), Marta Escribese, ambas de la Universidad CEU San Pablo, han colaborado en un estudio junto con el Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, donde estos pacientes son tratados con terapias biológicas avanzadas como Omalizumab o Mepolizumab, dos medicamentos diseñados para bloquear las rutas inflamatorias responsables de los síntomas más graves.
Aunque estos fármacos han supuesto un avance significativo en el control del asma, su alto coste y complejidad hacen fundamental conocer mejor su funcionamiento. Actualmente, aún se desconoce con detalle qué efectos provocan en el sistema inmunológico y el metabolismo de los pacientes, y por qué algunos responden mejor que otros.
Con este objetivo, un equipo de investigación ha desarrollado un estudio que aplica tecnologías de vanguardia para analizar los cambios en proteínas y metabolitos implicados en la inflamación, antes de comenzar el tratamiento y tras 6 y 18 meses de uso continuado. Este estudio Multiomic Integration Analysis for Monitoring Severe Asthma Treated With Mepolizumab or Omalizumab ha sido publicado en la revista Allergy.
Resultados prometedores
Los resultados iniciales son prometedores. En particular, el tratamiento con Mepolizumab parece inducir más cambios en rutas inmunes y metabólicas, como la reducción de ácidos grasos libres y el aumento de metabolitos antiinflamatorios, correlacionados directamente con la mejora clínica de los pacientes.
Además, el estudio propone posibles biomarcadores —proteínas y metabolitos— que podrían utilizarse para monitorizar la eficacia del tratamiento, permitiendo ajustar o suspender la terapia si no está funcionando. Esto representa un avance importante hacia una medicina más racional y personalizada, donde se optimizan recursos, se mejora la calidad de vida del paciente y se reduce el coste para el sistema sanitario.
“Estamos más cerca de una medicina basada en las características individuales del paciente. Estos datos pueden servir para entender mejor cómo funcionan los tratamientos, para quién son más adecuados, y cómo mejorar su uso en la vida real. Es un paso importante, aunque el camino aún es largo”, señala Villaseñor.
En un contexto donde las enfermedades alérgicas son cada vez más prevalentes y complejas, el uso de tratamientos biológicos crece, pero también lo hace la necesidad de herramientas que ayuden a identificar qué pacientes se beneficiarán realmente. Este trabajo contribuye a esa misión, proporcionando evidencias científicas que podrían facilitar la toma de decisiones clínicas más informadas.
Aunque el estudio se encuentra aún en una fase inicial, su enfoque es aplicable tanto a adultos como a niños con asma alérgico grave en tratamiento biológico. Supone un primer paso hacia la integración real de la medicina personalizada en la práctica clínica diaria.