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Opinión9 de abril, 2023

El VRS es un problema de salud que debe tenerse en cuenta en la atención de los niños con cardiopatías congénitas

Dr. Constancio Medrano, presidente de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas Secpcc

Doctor Constancio Medrano, presidente de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas.

Los avances alcanzados en el ámbito de la cardiología pediatrica han conseguido reducir la elevada mortalidad de los menores con cardiopatías congénitas y permitir que puedan alcanzar la edad adulta. Ahora, centramos el abordaje en mejorar la calidad de vida de los pacientes y minimizar el riesgo de complicaciones durante su desarrollo. Para conseguir alcanzar estos objetivos, la protección frente a enfermedades, como las provocadas por el virus respiratorio sincitial (VRS), que puedan desestabilizar la cardiopatía, deben ser una prioridad, particularmente en el contexto postpandémico que vivimos.

Anualmente, 4.000 niños nacen con una cardiopatía congénita en nuestro país. Una cardiopatía es una lesión anatómica que afecta al corazón y vasos sanguíneos, lo que hace a estos pacientes uno de los colectivos más vulnerables entre los niños. Este tipo de afecciones pueden acarrear un mayor riesgo de sufrir retrasos en el desarrollo madurativo, dificultades cognitivas y de aprendizaje, limitaciones físicas y orgánicas, entre otros síndromes asociados a las enfermedades cardiovasculares. En algunos casos, también nos encontramos con niños que presentan insuficiencia cardiaca o una baja saturación de oxígeno que pone en peligro su salud frente a infecciones respiratorias. Hablamos de pacientes frágiles en los que se compromete el intercambio de oxígeno en los capilares pulmonares. Una situación que pone en mayor riesgo a aquellos menores de 24 meses con cardiopatías significativas por contar con vías aéreas de un tamaño aún más pequeño.

"A la hora de proteger a los menores con cardiopatías congénitas, existen virus, como el VRS, que debemos tener en especial consideración porque el riesgo de desarrollar una infección respiratoria severa es más elevado."

A la hora de proteger a los menores con cardiopatías congénitas, existen virus, como el VRS, que debemos tener en especial consideración porque el riesgo de desarrollar una infección respiratoria severa es más elevado y tienen tasas más altas de hospitalización que la población general. En torno al 20% acaban ingresados en la unidad de cuidados intensivos y, aunque los problemas respiratorios son preocupantes, una de las consecuencias más graves de la infección por VRS en estos niños es la desestabilización de la cardiopatía congénita. También, a veces, nos encontramos con la aparición de arritmias, miocarditis, entre otras muchas alteraciones que son propias de las enfermedades cardiacas.

"Es necesario poner énfasis en este aspecto porque unos 2.000 niños se operan al año de cardiopatías congénitas y valvulopatías en España".

La trascendencia del virus en la cardiopatía de los niños es tal que puede obligar a los especialistas a postponer la realización de intervenciones quirúrgicas vitales. Es necesario poner énfasis en este aspecto porque unos 2.000 niños se operan al año de cardiopatías congénitas y valvulopatías en España. Cuando un paciente con una cardiopatía contrae el VRS, generalmente, será necesario esperar a la recuperación del niño para llevar a cabo la cirugía y, en el caso de que les operemos porque no haya más necesidad, sabemos que la morbimortalidad postoperatoria puede aumentar. Esto es grave, puesto que hablamos de cirugías determinantes destinadas a garantizar esa mayor supervivencia y calidad de vida que marcan una diferencia en la evolución de la cardiopatía.

"La trascendencia del virus en la cardiopatía de los niños es tal que puede obligar a los especialistas a postponer la realización de intervenciones quirúrgicas vitales".

Las familias de los pequeños que padecen una enfermedad cardiaca deben ser prudentes y cumplir unas pautas de prevención durante los meses de circulación del virus. Especialmente, durante los dos primeros años de vida. Hay que seguir medidas estrictas de higiene, evitar la exposición al tabaco y extremar la protección en espacios cerrados con aglomeraciones. Asimismo, hay que ahondar en la necesidad de efectuar la inmunoprofilaxis con anticuerpos monoclonales administrados mensualmente para proteger al menor y evitar la infección vírica durante la época de mayor contagio.

"Las familias de los pequeños que padecen una enfermedad cardiaca deben ser prudentes y cumplir unas pautas de prevención durante los meses de circulación del virus".

Los profesionales sanitarios jugamos un papel indispensable a la hora de ofrecer recursos e información a las familias para que puedan prepararse adecuadamente y proteger a los pequeños, pero también tenemos que entender que dentro de nuestra labor se encuentra el prestar especial atención a la evolución epidemiológica del VRS. Particularmente, en estos tiempos en los que el comportamiento del virus respiratorio sincitial ha variado tras la pandemia del COVID-19, surgiendo en periodos atípicos. Es cierto que ahora trabajamos con la incertidumbre de no saber cuándo volverá el VRS su curso natural, pero, el surgimiento de casos durante los meses del periodo primaveral y estival del año anterior hace que estemos prevenidos y debe servir como aprendizaje para esta temporada. La inmunoprofilaxis suele llevarse a cabo en otoño-invierno, durante la época de mayor circulación. Sin embargo, una alteración de los ciclos del VRS, que lleve a la circulación del virus tras el invierno, puede significar la necesidad de concienciar a las familias y prolongar su administración esta primavera.

"El VRS debe ser tenido en cuenta como un problema de salud importante respecto a las cardiopatías congénitas para garantizar una correcta protección de los pequeños con este tipo de afecciones".

El virus respiratorio sincitial puede comprometer seriamente la salud de los pacientes con cardiopatías generando infecciones respiratorias graves, secuelas a medio plazo, como asma o problemas respiratorios durante la infancia, hasta retrasar intervenciones programadas o una recuperación postquirúrgica. El trabajo y avances alcanzados en la atención de las cardiopatías congénitas deber seguir en la dirección de la mejora de la calidad de vida de los pacientes para lograr el mejor desarrollo posible durante la infancia. Por eso, el VRS debe ser tenido en cuenta como un problema de salud importante respecto a las cardiopatías congénitas para garantizar una correcta protección de los pequeños con este tipo de afecciones.




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