Miércoles, 24 de abril de 2024

Farmacia16 de julio, 2021

Bajadas de tensión, un riesgo mayor durante el verano

verano

Una caída brusca de la tensión pueden provocar mareos, desorientación y desmayos.

Pharma Market

La presión o tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre al circular por las arterias. Mantenerla dentro de unos niveles adecuados es indispensable para una buena salud cardiovascular. Sin embargo, hay personas propensas a la hipotensión o tensión arterial baja. Para ellas, en el verano aumentan las probabilidades de sufrir una bajada de tensión, que supone mareos, vértigos, taquicardias e incluso desmayos.

Expertos de Dos Farma señalan que que hay personas que pueden tener valores bajos de tensión arterial sin sufrir ninguna molestia. "Sin embargo, cuando se produce una caída brusca de la tensión, pueden aparecer mareos, desorientación y desmayos". La hipotensión se puede producir por motivos muy diversos. Sus expertos nos muestran algunos de los más frecuentes:

1. Causas genéticas

Tener hipotensión por motivos genéticos es más frecuente entre las mujeres y las personas delgadas.

2. Pérdidas bruscas de sangre

Si hay una lesión que produzca una bajada en el nivel de sangre, caerá la presión arterial. Al haber menos sangre circulando por las arterias, esta generará menos fuerza. Además, las pérdidas grandes de sangre pueden producir anemia, una condición que hace que la sangre tenga menos glóbulos rojos de lo normal. En ese caso, se produce una caída en la cantidad de hierro, el nutriente necesario para fabricar glóbulos rojos.

Este es otro de los motivos por los que las mujeres son más propensas a la hipotensión que los hombres. En la menstruación, se pierde gran cantidad de sangre, de forma lenta pero durante varios días, lo que produce una caída en el nivel de hierro y en la tensión.

3. Levantarnos muy rápido

En este caso, se denomina hipotensión ortostática o postural. Ocurre cuando nos incorporamos después de haber estado bastante tiempo sentados o tumbados. Puede producir mareos, visión borrosa o desorientación. Esto se debe a que, al cambiar de posición, la sangre se acumula en las piernas y el abdomen, lo que reduce la cantidad que vuelve al corazón. Por lo general, se trata de molestias que no duran más que unos segundos.

4. Deshidratación

La sangre contiene una gran cantidad de agua. Si no se mantiene un nivel adecuado de líquidos en el cuerpo, disminuye el volumen de sangre.

5. Alcohol

El alcohol, aunque sea un líquido, favorece la deshidratación. Las bebidas alcohólicas afectan a la producción de la hormona antidiurética o ADH, que interviene en el equilibrio de los líquidos del cuerpo. Esta hormona controla la cantidad de agua que reabsorben los riñones. Sin embargo, el alcohol bloquea la ADH, por lo que el agua no se reabsorbe y se elimina más a través de la orina.

6. Comidas copiosas

Después de comer, la sangre viaja hasta el aparato digestivo para ayudar en la digestión, con lo que se reduce la cantidad en el resto del cuerpo y cae la presión.

7. Infecciones generalizadas por el cuerpo: shock séptico

Cuando se produce una infección grave, las bacterias dejan la zona infectada y entran en el flujo sanguíneo, pudiendo causar daño tisular y disminuir la presión arterial. En este caso, el descenso es muy severo y puede ser mortal. Hay diversos factores de riesgo de sufrir un shock séptico, como tener diabetes, leucemia o haber recibido un trasplante recientemente.

8. Ciertas enfermedades

Las personas con insuficiencia cardíaca, diabetes, pericarditis, hipotiroidismo o arritmias cardiacas son más propensas a la hipotensión. También una reacción alérgica grave puede provocar una bajada peligrosa.

9. Algunos medicamentos

La ingesta de ciertas medicinas puede afectar a los niveles de presión arterial. Es el caso, por ejemplo, de los ansiolíticos o diuréticos.

10. Embarazo

El sistema circulatorio se va expandiendo durante la gestación, lo que puede provocar una caída de la tensión arterial. No obstante, se recuperan los niveles habituales después del parto. Aunque, como se ha visto, son muchas las posibles causas de una eventual bajada de tensión, no todas se pueden evitar, como la propensión genética, perder sangre bruscamente, tener una enfermedad o sufrir una infección grave. 

Entre los consejos de los expertos para reducir el riesgo de sufrir una bajada de tensión en verano destacan: levantarse despacio, beber líquidos con frecuencia, comer poco y cada pocas horas, tomar alimentos que ayuden a subir la tensión, evitar el alcohol, huir de las horas de mayor calor, y si se notan los primeros síntomas, poner las piernas en alto.

 

 




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