Viernes, 26 de abril de 2024

I+D12 de diciembre, 2022

Un estudio determina que los cerebros con mayores cantidades de Vitamina D presentan una mejor función cognitiva

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El informe analizó el tejido cerebral de 209 adultos con deterioro cognitivo en distintos niveles.

Pharma Market

Un grupo de investigadores de la Universidad de Tufts (EE.UU.) han concluido un primer estudio en el que se examinan los niveles de vitamina D en el tejido cerebral y de qué manera influyen en este. El informe se centró en adultos con deterioro cognitivo en distintos niveles y descubrieron que los que poseían más cantidad de esta vitamina tenían una mejor función cognitiva.

La investigación se ha publicado en Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association, y básicamente refuerza una idea que no es novedosa: “La importancia de estudiar cómo los alimentos y los nutrientes crean resiliencia para proteger el cerebro que envejece contra enfermedades como la enfermedad de Alzheimer y otras demencias vinculadas”, afirmó Sarah Booth, autora principal y directora del Centro de Investigación de Nutrición Humana Jean Mayer USDA en Aging (HNRCA) en Tufts.

Hay que tener en cuenta que la vitamina D está relacionada con numerosas funciones corporales, como por ejemplo el buen mantenimiento o las respuestas inmunitarias.

La vitamina D está relacionada con numerosas funciones corporales, como por ejemplo el buen mantenimiento o las respuestas inmunitarias.

Hasta ahora la mayoría de los análisis se habían focalizado en factores nutricionales en el rendimiento o la función cognitiva en adultos mayores, centrándose en las ingestas dietéticas o medidas sanguíneas de vitamina D. Por ello, el objetivo de este estudio era saber con precisión si la vitamina D se encuentra en el cerebro y de ser así qué relación tienen esas cantidades en el deterioro cognitivo, explicó Kyla Shea, otra de las autoras principales del estudio y profesora asociada de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición en Tufts.

El estudio

El equipo de científicos estadounidenses examinó el tejido cerebral de 209 participantes en el Proyecto Rush Memory and Aging, un estudio a largo plazo sobre la enfermedad de Alzheimer que comenzó en 1997. Así analizaron la función cognitiva de los participantes, personas mayores sin signos de deterioro cognitivo, a medida que envejecían, y estudiaron las irregularidades en su tejido cerebral tras su falleciemiento.

Analizaron la función cognitiva de los participantes, personas mayores sin signos de deterioro cognitivo, a medida que envejecían, y estudiaron las irregularidades en su tejido cerebral tras su falleciemiento.

En cuanto a la presencia de vitamina D, la buscaron en cuatro regiones del cerebro: dos asociadas con cambios que se producen en la enfermedad de Alzheimer, una relacionada con formas de demencia vinculadas al flujo sanguíneo y una región sin ninguna asociación conocida con el deterioro cognitivo de la enfermedad de Alzheimer o enfermedad vascular. De este modo, vieron que la vitamina D estaba presente en el tejido cerebral y que los niveles altos de la misma en las cuatro regiones del cerebro se correlacionaban con una mejor función cognitiva.

Los niveles de vitamina D en el cerebro no se asociaron con ninguno de los marcadores fisiológicos de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro estudiado.

No obstante, cabe matizar que los niveles de vitamina D en el cerebro no se asociaron con ninguno de los marcadores fisiológicos de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro estudiado, incluida la acumulación de placa amiloide, la enfermedad de cuerpos de Lewy o la evidencia de accidentes cerebrovasculares crónicos o microscópicos. Esto quiere decir que realmente no está claro cómo la vitamina D podría afectar la función cerebral.

Múltiples factores

Los autores aseguran que la demencia es multifactorial y que gran cantidad de los mecanismos subyacentes patológicos no se han caracterizado correctamente. “La vitamina D podría estar relacionada con resultados que aún no hemos visto, pero que planeamos estudiar en el futuro”, aseguró Shea.

Los autores aseguran que la demencia es multifactorial y que gran cantidad de los mecanismos subyacentes patológicos no se han caracterizado correctamente.

Del mismo modo, es conocido que la vitamina D varía entre las poblaciones raciales y étnicas, y la mayoría de los participantes en la cohorte original de Rush eran blancos. Los investigadores están planeando estudios de seguimiento con un grupo más más heterogéneo  y observar otros cambios cerebrales asociados con el deterioro cognitivo. Su intención es que sus descubrimientos ayuden a una mejor comprensión del papel que puede desempeñar la vitamina D para evitar la demencia.

 




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