Con más de 16 años de experiencia en Propiedad Industrial en departamentos de Patentes, Patricia Ramos es la actual Directora del equipo de Patentes de la compañía PONS IP. Licenciada con grado en Química por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), estudió un máster en Química Orgánica y un postgrado en la Universidad Paul Sabatier de Touluse. Desde Pharma Market, nos desplazamos para entrevistarla a cerca de la situación actual del registro de patentes en España, y más en concreto en el sector farmacéutico, para conocer de primera mano cuál es la demanda de la industria. Entre otros asuntos, hablamos sobre innovación, legislación, colaboración publico privada, incentivos, y falta de información sobre patentes. ¿Cuál es la situación actual de las patentes en el sector farmacéutico en España y su evolución en los últimos años? Lo más destacable que ha explicado Patricia acerca de la situación y evolución de las patentes, en el sector farmacéutico y de forma global en España, es que se encontraban en situación de “caída en picado”: “Si es cierto que, aunque llevamos unos años sumándonos a la supuesta crisis de caída, nunca hemos tenido una cantidad de solicitudes de patentes en ningún sector como hay en otros países como Alemania, China o Estados Unidos” Además, señala, “con el cambio de legislación nacional con respecto a las patentes se pensó que se podría ir hacia una u otra tendencia, pero se han mantenido el número de solicitudes”. Así, en España “estamos en números muy raquíticos, manteniendo este año los mismos números que en 2017”. “Es verdad que hay un pequeño crecimiento con respecto a la solicitud de patentes europeas, pero todo son crecimientos ligeros”, añade. 

Profundizando en la nueva Ley de Patentes de 2018, preguntamos a Patricia por su impacto, concretamente en el sector farmacéutico. “Lo que hizo fue una cosa que se esperaba desde hacía muchísimo tiempo: teníamos una ley del 86, y estaba obsoleta. Este cambio ha sido una copia casi exacta de la legislación europea de patentes, así que estamos ya amoldándonos”. Con respecto al sector, Patricia asegura que las empresas farmacéuticas “se han adaptado fenomenal a este cambio legislativo, porque ya trabajan con la legislación europea”.

Nunca hemos tenido una cantidad de solicitudes de patentes en ningún sector como en Alemania, China o EE.UU.

Siguiendo con números, Patricia comentó que “el mundo farmacéutico siempre ha tenido muy en la cabeza las patentes: las grandes empresas farmacéuticas porque juegan en esa liga, pero también las pequeñas. Con lo cual, el mundo farmacéutico y el de las patentes están perfectamente alineados, de hecho, siempre han sido muy proactivos”. Como destaca, se trata del sector “que más está despuntando”, pero sobre todo en “en todo lo que tiene que ver con inteligencia artificial, tics, el mundo de la tecnología, que también cae dentro de las empresas farmacéuticas. Se están adaptando a métodos de diagnóstico que ya no son los clásicos, fármacos que ya no son los clásicos, etc.” Además, “el campo de la biotecnología, la medicina personalizada… como van a la par, la farmacéutica clásica igual no está aumentando en eso, pero en todo lo demás sigue siendo puntero”, subraya.

El mundo farmacéutico y el de las patentes están perfectamente alineados, siempre han sido muy activos

Con respecto a las patentes “de segunda generación” y su relación con los genéricos, Patricia explicó a Pharma Market que se trata de “un juego”, “un puzzle perfectamente engranado”: “Yo creo que las empresas farmacéuticas tienen tan clara la estrategia de las patentes que la empresa de genérico tiene vista la empresa innovadora y la innovadora a la empresa de genéricos, todo entra perfectamente dentro del puzzle y es fundamental”. Igualmente señaló que la supuesta polémica no existe, porque “las empresas de genéricos tienen su hueco en el mercado actualmente”. “Antes en España esto era muy diferente: hubo una época en la que todavía no teníamos patente producto, y entonces se pensaba que España era un paraíso para las empresas de genéricos. Todas esas patentes han ido caducando… Otra cosa es en el tema económico y fiscal, si se receta un producto u otro… pero es un tema que ya queda fuera de las patentes”, explica. “De hecho, muchísimas empresas innovadoras están sacando su línea de genéricos, donde las patentes juegan un papel fundamental, porque un genérico no puede salir al mercado hasta que una patente no haya sido caducada, además de otras variables, pero yo creo que encajan perfectamente”, insiste. En este sentido, el papel de las patentes en las startups también es fundamental, porque “muchas veces se trata de temas de propiedad intelectual e industrial, y el valor de la compañía es su patente, e incluso a lo mejor de su marca o su modo de hacer. Entonces para ellas en especial es fundamental tener esto bien protegido”. En cuanto a su evolución, Patricia cree que estas van avanzando, “sobre todo startups que vienen la mayoría de las universidades y centros públicos que apuestan por la innovación”.

Muchísimas empresas innovadoras están sacando su línea de genéricos, donde las patentes juegan un papel fundamental

Siguiendo con la innovación, preguntamos a Patricia sobre la relación entre la Ley de Patentes y la innovación en el sector, que es rotunda: “La innovación va siempre muchísimo mas rápido que cualquier legislación, las legislaciones van detrás y ya se encuentran con mucho camino hecho. Aunque en el mundo farmacéutico siempre han ido mas o menos a la par, la legislación se ha tenido que adaptar por todas estas peticiones de las grandes empresas y los grandes lobbies”. Además, en el campo farmacéutico, “para sacar un producto al mercado pasa muchísimo tiempo, y a veces la patente casi ya está a punto de caducar, entonces también tienen los registros de los ensayos clínicos, que hablar con cada uno de los países y sus legislaciones con el registro, etc.”. En este sentido, Patricia hizo un breve repaso de los marcos legales en los que se engloban las patentes españolas: la legislación nacional de patentes, la legislación europea, y otros tratados, como el PCT (patern cooperation treaty). “Son marcos legislativos que están bastante aunados con el resto de las leyes de patentes de casi todo el planeta, sobre todo en el ámbito farmacéutico”, señala.

La innovación siempre va muchísimo más rápido que cualquier legislación de patentes

Por su parte, le preguntamos sobre la diferencia entre la regulación de Estados Unidos y la de Europa, en el ámbito de las patentes y su repercusión sobre la protección de la innovación. Patricia destacó que existe una diferencia en la concepción de determinados supuestos: “Antes se pensaba que en Europa siempre teníamos una mayor acogida a los cambios a nivel de, por ejemplo, biotecnología, genética, y todo lo que tiene que ver con ciencias de la vida. Éramos más permisivos a cambios y nuestra legislación iba incluso un poco más avanzada que la americana, que eran más restrictivos. Y, sin embargo, a ellos se les presuponían más abiertos para el tema de las nuevas tecnologías, tics y software. Pero esto ha cambiado, en Europa también se está abriendo mucho la mente a este segundo campo, y en Estados Unidos, en la parte de biotecnología, siguen siendo bastante poco permisivos”, sostiene.

En España necesitamos una jurisprudencia que ayude a interpretar la legislación, antes que un cambio

Además, “luego hay muchas cosas que no tienen que ver con la solicitud sino con lo que pasa después: hay muchos más pleitos, litigios y mucho más en la opinión pública en Estados Unidos con las empresas farmacéuticas que en Europa, que a lo mejor buscamos mas los acuerdos”, indicó. Con respecto a la legislación en España, Patricia señala que, más que un cambio legislativo, se necesita “una jurisprudencia, que en Europa ya la hay, y es lo que ayuda a interpretar la legislación”. ¿Hasta qué punto es necesaria la colaboración público privada en el desarrollo de la innovación en el sector farmacéutico? Con respecto a las cifras, Patricia pone de manifiesto que “el mayor número de solicitudes de patentes en España lo tienen los centros públicos de investigación, universidades, fundaciones, hospitales… y no las grandes empresas, como puede ser otros países como Japón, Estados Unidos y Alemania”. “Esto solo pasa en España, y no es bueno ni es malo, solo que en este país para que esta investigación llegue al mercado, no lo van a hacer esos centros públicos, sino que necesitan lo que se llaman transferencias, licencias... para sacarlo de la universidad y llevarlo al mercado”, comenta. [caption id="attachment_14500" align="alignnone" width="635"] Fuente: Oficina Española de Patentes y Marcas[/caption] “Esto es importante en todos los países, pero en el nuestro es vital, porque muchas de las pymes y las empresas que tenemos en España no tienen ni siquiera un departamento de i+D, sino que aceptan o licencian las patentes que vienen de los centros públicos. Entonces los incentivos, en ese sentido, son vitales”, aclara.

El mayor número de solicitudes de patentes en España lo tienen los centros públicos de investigación y universidades

En concreto, preguntamos a Patricia sobre el incentivo famoso del Patent Box, respecto del que, sostiene, “entran poquísimas patentes”, por lo que “no hace que se incremente el número de solicitudes tristemente”. “Claramente no es suficiente, y las subvenciones tampoco, pagan las tasas y poco más y además a posteriori… Yo creo que los investigadores en España necesitan otro tipo de incentivos”, sostiene. ¿Es cierto que existe una escasez de información sobre la situación legal de las patentes en el sector? ¿Cómo podríamos mejorarlo? “Volviendo al sector farmacéutico, yo creo que es de los pocos sectores en el que, incluso en España, hay bastante noción de la legislación sobre patentes”, señala Patricia. “Pero yo lo quiero llevar a un terreno mayor, y es que no tenemos ninguna concienciación de la importancia de la propiedad industrial e intelectual en nuestro país. En España, nuestros investigadores están en los top de los rankings de ciencia y divulgación, y sin embargo no estamos en los rankings de las solicitudes de patentes, y esto es por un desconocimiento y una falta de valor que es un poco de todos”, denuncia Patricia.

No tenemos ninguna concienciación de la importancia de la propiedad industrial e intelectual en nuestro país

Cambiar esta situación, sostiene, “es un camino largo, y yo creo que tiene que ser desde la raíz, las universidades, y la propia oficina de patentes, que ya está bastante en la calle”. "Para que exista en las universidades y centros públicos, tiene que haber un caso de éxito. Yo creo que se habla de patentes en las carreras de derecho, pero no en las ingenierías ni en las carreras científicas y de la salud… hay que empezar por ahí. Evidentemente todo ello con apoyos fiscales y del Gobierno a la investigación y al desarrollo, y con divulgación de casos de éxito, que los hay”, sugiere. ¿Qué ofrece PONS IP? Por último, hablamos con Patricia sobre lo que ofrece PONS IP en el campo de las patentes: “Somos un equipo de patentes multidisciplinar en el que hay ingenieros, biólogos, químicos… y somos uno de los departamentos de los más grandes de España, porque hemos ido siempre de la mano de la investigación y desarrollo”. En este sentido, sostiene, su mayor objetivo es “que esa investigación se traslade a un documento legal y científico”, que sea, además, “entendible por la persona que lo está redactando porque sino deja de tener sentido”.

Nuestro objetivo es que esa investigación de los centros se traslade a un documento legal y científico

“A la par, no se nos puede olvidar que nosotros tenemos que velar por los plazos y los tramites, y al igual que tenemos unas carreras científicas, tenemos una alta formación en el tema de tramitación y legal que tiene que ver con las patentes, dentro del marco legal en España, en Europa y a nivel con otros tratados internacionales”, agrega. Para terminar, Patricia comentó la dificultad (casi “imposible”) con la que cuenta a la hora de incorporar gente a su equipo, en una época en la que “en campos como la ingeniería, software, nuevas tecnologías o inteligencia artificial, no hay paro”. A ello, le suma la poca noción que tienen estas carreras científicas de redactar patentes: “es muy difícil y nosotros apostamos por la formación interna y externa”.