Jueves, 25 de abril de 2024

Entrevistas10 de diciembre, 2022

Beatriz Domínguez-Gil: "La pandemia nos obligó a desarrollar protocolos únicos y a estudiar qué suponía la COVID-19 para los trasplantados"

Entrevista a Beatriz Domínguez-Gil, directora de la ONT Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes.

La directora general de la ONT explica cómo la organización se adaptó a la crisis sanitaria y siguió con su actividad.

Teresa Rey/Phmk

Como bien es sabido la pandemia afectó a muchos sectores de la sociedad, siendo el de la salud uno de los más perjudicados. De entre todas las estructuras que configuran el sistema sanitario de España, una que tuvo que adaptarse rápidamente a la situación provocada por la crisis sanitaria fue la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). En el marco de un videorreportaje que publicaremos próximamente en nuestra sección de #Entrebastidores y en el que mostraremos cómo trabajan desde esta institución, Pharma Market quiso saber cómo hicieron desde esta emblemática organización para amoldarse a las circunstancias generadas por la situación pandémica y al mismo tiempo continuar con una labor tan esencial para la vida de muchos pacientes. Así, extraemos parte de la entrevista que realizamos a Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la ONT, en la que nos explica cómo fue este periodo para todos los que trabajan en este campo y cuál es la situación actual.

¿Cómo ha afectado la pandemia a la donación de trasplantes?

El año 2020, empezó la actividad de una manera extraordinaria. De hecho, nosotros teníamos el objetivo de alcanzar los 50 donantes por millón de habitantes en 2022, y lo habríamos conseguido ese mismo año de no ser por la COVID-19. Llegó la enfermedad y nos encontramos con una serie de condicionantes, hay que tener en cuenta que prácticamente éramos junto con Italia de los primeros países occidentales que nos enfrentábamos a una epidemia de la que no sabíamos nada.

"Teníamos el objetivo de alcanzar los 50 donantes por millón de habitantes en 2022, y lo habríamos conseguido ese mismo año de no ser por la COVID-19".

Eso tuvo un impacto muy importante en el programa de trasplantes porque la pandemia nos generó enormes dificultades en un proceso que ya es complicado basalmente. Por una parte y por razones que desconocemos, en los momentos más críticos apenas llegaban a los hospitales pacientes con daño cerebral devastador. Y, por otro lado, las UCI estaban totalmente saturadas y los hospitales también, con lo cual era muy difícil activar un proceso de donación.

"Por razones que desconocemos, en los momentos más críticos apenas llegaban a los hospitales pacientes con daño cerebral devastador".

¿Cómo os organizásteis al principio?

En un principio, empezamos a hacer cribados de todos los donantes para SARS-CoV-2 por PCR, pues muchos eran positivos para COVID-19 y en aquel momento no sabíamos si la enfermedad se podía transmitir a través del trasplante.

Por parte del mundo trasplantador teníamos a nuestros equipos colapsados, muchos profesionales infectados o aislados y algunos pacientes positivos. Algunos, de hecho, no querían trasplantarse en un momento en el que se planteaban si era adecuado hacerse un trasplante y someterse a una terapia inmunosupresora sin saber el efecto en una persona inmunodeprimida. Por todo ello, tuvimos que afrontar un enorme conjunto de problemas de los cuales tratamos de identificar aquellos en los que nosotros podríamos influir.

"Por parte del mundo trasplantador teníamos a nuestros equipos colapsados, muchos profesionales infectados o aislados y algunos pacientes positivos".

Así, empezamos a trabajar desarrollando protocolos, que luego hemos ido actualizando según ha aumentado el conocimiento de la COVID-19. En concreto, sobre qué hacer con los donantes, con los receptores respecto a la infección, cómo gestionar los programas, cuándo se debe parar un programa o cuándo no, y paralizar determinados trasplantes.

Por ejemplo, en las urgencias hay pacientes muy difíciles de trasplantar, y luego es importante considerar los determinados tipos de donantes. Al mismo tiempo, a nivel de centro hay que gestionar los programas en función de la situación epidemiológica y dar recomendaciones y apoyo a los profesionales y generar evidencia.

Desde el principio en la ONT empezamos a recopilar información, especialmente de aquellos pacientes trasplantados que desarrollaban COVID-19 para entender lo que significaba y qué podíamos hacer.

"Desde el principio en la ONT empezamos a recopilar información, especialmente de aquellos pacientes trasplantados que desarrollaban COVID-19 para entender lo que significaba y qué podíamos hacer".

¿Cuándo empezó la recuperación?

Como he comentado, poco a poco empezamos a convivir con la pandemia, y si bien en el mes de marzo colapsó, a partir de junio de 2020 logramos alcanzar un nivel de actividad muy óptimo. Evidentemente, no igual que el registrado en la pre-pandemia pero muy adecuado, eso teniendo en cuenta que en el año 2020 cayó la actividad aproximadamente un 20% con respecto a 2019. Aun así terminamos con unos niveles de actividad muy superiores a los de cualquier país del mundo en época prepandémica, es decir, que a pesar de que el impacto fue muy importante terminamos con cifras muy adecuadas.

"En el año 2020 la actividad de donación cayó aproximadamente un 20% con respecto a 2019".

En 2021, avanzamos un poco más y en 2022 estamos experimentando también una recuperación con respecto al año previo. No creo que a día de hoy vayamos a acabar con las mismas cifras de 2019, pero sí volvemos a acercarnos a ese referente de antes de la pandemia.

En la actualidad, ¿se pueden trasplantar órganos de donantes positivos para COVID-19?

Sí, hemos aprendido a trasplantar órganos de donantes que son positivos para COVID-19. Al principio, como no sabíamos cómo era la enfermedad, siempre que un donante era positivo por PCR se descartaba la donación. A raíz de los propios datos que hemos recopilado nosotros y de los que hemos obtenido de otros países, hemos ido modificando los protocolos de actuación y ahora ante un donante que es PCR positivo para COVID-19 trasplantamos todo tipo de órganos, menos el pulmón y el intestino porque solo se ha descrito en la literatura la trasmisión del COVID a través del trasplante pulmonar.

"Al principio, como no sabíamos cómo era la enfermedad, siempre que un donante era positivo por PCR se descartaba la donación".

Se ha visto que potencialmente podría ocurrir por el intestino pero este tipo de trasplante es más infrecuente. De hecho, en todo el mundo solo en el año 2021 se hicieron 172 trasplantes intestinales. No se ha descrito la transmisión, pero creemos que podría tener un comportamiento parecido al del pulmón. De momento, por la experiencia acumulada por parte de España y algún otro país los resultados son correctos y no se han producido casos de transmisión de COVID-19 de donante a receptor, por lo tanto, seguimos trabajando en una línea muy necesaria por todo lo que ha supuesto este virus para el mundo del trasplante.




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