La supervivencia en los trasplantes pulmonares al año es del 81%, mientras que a los 5 años es del 62%. Estas cifras están muy por encima de los pacientes que podrían necesitar la intervención pero no se han sometido a ella.
En España se comenzó a realizar trasplantes pulmonares en el año 1990. Hasta el 2015 se llevaron a cabo 3.781 procedimientos y, antes de que finalice el año 2016, se espera superar los 300 trasplantes de pulmón, que es una cifra a la que no se ha llegado hasta el momento. Actualmente la supervivencia en estos pacientes está muy por encima de la esperada y solo el 20% fracasan al cabo de un año. Todos estos aspectos se han debatido en la Sesión Científica Extraordinaria -‘Trasplantes de órganos intratorácicos: trasplante de pulmón’-, organizada en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) con la colaboración de Getinge Group. Una sesión que ha estado dirigida por los profesores Gabriel Téllez de Peralta, Académico de Número y Andrés Varela de Ugarte y que ha contado con la participación, entre otros expertos, del doctor Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). En la jornada también participaron profesionales del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, que es uno de los centros pioneros en España en este tipo de intervenciones, y que ya ha efectuado cerca de 700 trasplantes uni o bipulmonares.
Tal y como ha señalado el profesor Gabriel Téllez de Peralta, “los resultados alcanzados son bastante satisfactorios, teniendo en cuenta que en la patología pulmonar hay que utilizar un pulmón que no está totalmente esterilizado, al estar en contacto con el aire atmosférico. Esto conlleva algunos inconvenientes, como son las infecciones o las bronquiolitis. Aun así, la vida media que se puede ofrecer a estos pacientes es de cinco años, alcanzando los 10 años en el 25% de los casos. Sin embargo, si el paciente no se hubiera operado tendría una esperanza de vida muy corta”.
El trasplante pulmonar representa una alternativa terapéutica ante la enfermedad pulmonar o cardiopulmonar terminal, cuando el paciente tiene una esperanza de vida corta (menos de dos años) y todos los recursos médicos han sido agotados.
La donación, una herramienta fundamental
En los últimos años, la supervivencia al año y a los 5 años (81% y 62% respectivamente) en los pacientes trasplantados está muy por encima de la esperada frente a aquellos que no se han sometido a esta intervención. Además de la supervivencia, otro objetivo del trasplante es proporcionar a los pacientes con patología respiratoria una mejora sustancial en su calidad de vida. En nuestro país, gracias al incremento en el número de donaciones de este órgano se puede hacer frente a la lista de espera, que cada año acoge un mayor número de pacientes.
De hecho, a pesar de la edad cada vez más avanzada de los donantes, y gracias al cuidado de los potenciales donantes en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y a la ampliación de los equipos de trasplante pulmonar, el porcentaje de donantes de los que se puede trasplantar un pulmón se ha incrementado. En este sentido, el doctor Rafael Matesanz comentó que “a principios de los 2000, únicamente un 13% de los donantes en muerte encefálica era donante pulmonar, frente al 20% del 2015. Paralelamente, la asistolia (ausencia completa de actividad eléctrica en el miocardio) permite aumentar el número de pulmones para trasplante. En lo que llevamos del 2016 se han trasplantado ya 22 pacientes, superando el máximo de 13 trasplantes pulmonares a partir de donantes en asistolia del 2015”.
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